sábado, 7 de abril de 2018

CÍRCULO DE SILENCIO

Ayer, 6 de abril de 2018, fue primer viernes de mes. Se celebró, por tanto, el Círculo de Silencio mensual de la plaza de la Puerta del Sol de Madrid.
Allí estuve yo también  en la formación del círculo, ese reducido espacio que contiene tanta profundidad en su significado solidario. Siempre que puedo, acudo los primeros viernes de mes.
No es más que un gesto testimonial, poético y digno, aparentemente inútil, como sucede con todo lo importante.
Los participantes, callados, se sitúan dibujando una circunferencia amplia en torno a varios soportes, ya  muy usados, que muestran fotografías de migrantes en situaciones distintas, pero siempre temibles y dolorosas: hacinados en patera, desfallecidos sin ayuda, encerrados en el CIE, deportados al desierto... Vidas atormentadas por esas leyes injustas que defienden nuestro egoísmo primermundista.
Primero se lee públicamente el manifiesto o comunicado propio de ese mes, aludiendo a las noticias más relevantes para el colectivo que defendemos. El de ayer versaba sobre la lamentada muerte del mantero Mmame Mbage. Después el silencio. Una hora.
La gente pasa junto al conjunto  y mira extrañada: ‘¿Qué hace toda esta gente, tanto rato callada y a pié quieto?’ Muchos se detienen a mirar las fotos o leer las dos pancartas:

“NO A LAS LEYES CONTRA LOS INMIGRANTES”

“CÍRULO DE SILENCIO - ACCIÓN NOVIOLENTA EN SOLIDARIDAD CON LOS INMIGRANTES - 1ros. Viernes de Mes de 8:30 a 9:30 h“

Algunos transeúntes se muestran interesados, piden y reciben información. Los hay que se quedan más o menos tiempo a formar parte del círculo, y también incluso prometen volver. Resulta emocionante verlo cuando esto pasa.

Y es que impresiona la fuerza callada y limpia de la acción noviolenta y de la causa justa.


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