Ya hace muchos años que fui joven por primera vez, pero he tenido en la vida muchas ocasiones de rejuvenecer, aunque no necesariamente regresando a estadios anteriores. Y estas ocasiones han sido en su inmensa mayoría encuentros personales, hallazgos de verdaderos tesoros en forma de experiencias, que me han enriquecido y ayudado a crecer como persona. He recibido el enorme y continuo regalo del amor, y en paralelo, la exigente y costosa tarea del amor, a la vez libre y necesario. Gracias a Dios mi vida ha estado casi siempre llena de personas, y cuando han parecido faltarme, y me he sentido sola o triste, ha sido siempre por mi ceguera para percibir en esos momentos cuán generosa estaba siendo conmigo la vida.
Hoy tengo preocupaciones, y afortunadamente, porque ello significa que gozo de las personas, próximas y lejanas, que me preocupan porque me importan.
Camino, como todos, entre temores y esperanzas, pero ante todo, confío.
Aún cuento con la oportunidad de decidir ser mejor a partir de este preciso instante. La vida cotidiana es todavía un excitante y saludable reto.
Camino, como todos, entre temores y esperanzas, pero ante todo, confío.
Aún cuento con la oportunidad de decidir ser mejor a partir de este preciso instante. La vida cotidiana es todavía un excitante y saludable reto.
Agradezco y bendigo la vida. Y estoy dispuesta a esforzarme para ser digna de ella.
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