El soterrado apoyo que desde las políticas neoliberales se viene proporcionando a los planes de pensiones privados (objetivo muy claro de los bancos por la inmensa cantidad de dinero que supone el ahorro sostenido y comprometido desde la juventud hasta la vejez), se plasma en las medidas gubernativas que, como un goteo intermitente pero continuo, confluyen en una progresiva disminución de las aportaciones al Sistema Público de Pensiones, a base de rebajar las cotizaciones en su cuantía, lo que se suma a la disminución del número de cotizantes.
Además, se toma por dogma y condición irrenunciable que dicho sistema de pensiones públicas ha de ser autosuficiente, lo cual elimina la opción de financiarlas con cargo a impuestos directos y progresivos, opción que podría suponer la solución al problema del posible déficit en su futura financiación.
Todo ello hace temer que, aunque las pensiones públicas no sean suprimidas, en la práctica terminen siendo tan exiguas con respecto al nivel medio de ingresos, que desemboquen en una situación generalizada de pobreza entre los pensionistas.
Los ciudadanos debemos exigir que en la Constitución se consagre, de forma explícita, el derecho de cualquier trabajador cotizante a la Seguridad Social, a percibir su pensión pública, llegado su momento, en una cuantía suficiente para garantizar unas condiciones de vida dignas en su etapa de pensionista, así como la imposibilidad de que cualquier gobierno presente o futuro pueda rebajar su poder adquisitivo. Por ello y para ello se recogen firmas pidiendo un REFERENDUM PARA BLINDAR CONSTITUCIONALMENTE LAS PENSIONES PÚBLICAS.
Ello responde a un modelo solidario de sociedad, en el que los trabajadores en activo sostienen, en conjunto, a los que, por edad o discapacidad, no están en situación de trabajar. Los planes privados de pensiones suponen un modelo individualista, en que cada uno ahorra (si sus ingresos se lo permiten) para su propia jubilación, quedando desprotegido aquel que no ha podido durante su vida laboral realizar unas aportaciones lo suficientemente cuantiosas.
Además, se toma por dogma y condición irrenunciable que dicho sistema de pensiones públicas ha de ser autosuficiente, lo cual elimina la opción de financiarlas con cargo a impuestos directos y progresivos, opción que podría suponer la solución al problema del posible déficit en su futura financiación.
Todo ello hace temer que, aunque las pensiones públicas no sean suprimidas, en la práctica terminen siendo tan exiguas con respecto al nivel medio de ingresos, que desemboquen en una situación generalizada de pobreza entre los pensionistas.
Los ciudadanos debemos exigir que en la Constitución se consagre, de forma explícita, el derecho de cualquier trabajador cotizante a la Seguridad Social, a percibir su pensión pública, llegado su momento, en una cuantía suficiente para garantizar unas condiciones de vida dignas en su etapa de pensionista, así como la imposibilidad de que cualquier gobierno presente o futuro pueda rebajar su poder adquisitivo. Por ello y para ello se recogen firmas pidiendo un REFERENDUM PARA BLINDAR CONSTITUCIONALMENTE LAS PENSIONES PÚBLICAS.
Ello responde a un modelo solidario de sociedad, en el que los trabajadores en activo sostienen, en conjunto, a los que, por edad o discapacidad, no están en situación de trabajar. Los planes privados de pensiones suponen un modelo individualista, en que cada uno ahorra (si sus ingresos se lo permiten) para su propia jubilación, quedando desprotegido aquel que no ha podido durante su vida laboral realizar unas aportaciones lo suficientemente cuantiosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario