Estoy pasando unos días (cuatro, para ser exactos) en una parcela que tenemos mi marido y yo en la llamada "Dehesa de Pancorbo", un encinar situado entre los pueblos de Velayos y Santo Domingo de las Posadas, en Ávila. Llevamos casados treinta y cinco años, y hace poco más de cinco, ante el hecho inminente de la emancipación de nuestros hijos, nos hicimos aquí con una porción de tierra donde construir una casita de madera y cultivar algunos arriates ajardinados.
Pancorbo, como llamamos a este lugar, se enmarca en la parte sud-oriental de la comarca de La Moraña. Aquí se siente uno bien, integrado en la naturaleza, porque, si bien es cierto que nos hallamos en una "urbanización", las características urbanas se reducen a lo más elemental: alumbrado, agua corriente y poco más. Las parcelas son muy grandes, por lo que los vecinos no nos molestamos unos a otros, y además, no todas están pobladas. En realidad, se trata de una "Entidad de Conservación", lo que implica que el propietario de una parcela, teóricamente al menos, se compromete a mantener en buen estado las encinas que se encuentran en ella.
En estos pocos años le hemos tomado mucho cariño a esta tierra. Por eso me he procurado informar acerca de la comarca. Y aquí voy a trasladar un resumen, basado en el texto de la Wikipedia:
La Moraña
La Moraña (tierra de Moros) es una comarca de la provincia de Ávila, situada en su zona norte, entre las provincias de Salamanca, Valladolid y Segovia. |
Medio
El clima es mediterráneo continentalizado, con inviernos fríos (mínimas de -15Cº) y veranos cortos y templados-cálidos (máximas 35Cº), las precipitaciones se establecen en el ámbito de entre 450 y 650 mm anuales, con precipitaciones más abundantes en otoño y primavera y un periodo seco que va entre 2 y 3 meses.
Se pueden marcar tres territorios dentro de la comarca de La Moraña: En el norte la denominada Tierra de Arévalo. Entre el río Arevalillo y la provincia de Salamanca, La Moraña Occidental, y entre el río Arevalillo y la provincia de Segovia, La Moraña Oriental, esta última atravesada por el río Adaja y Voltoya, con mayor superficie de bosque pinar y menor regadío, este último concentrado en mayor medida en las anteriores unidades geográficas.
Su altitud media sobre el nivel del mar es de unos 900 metros. Su pertenencia geográfica a la Meseta Norte se evidencia en su paisaje sedimentario, predominantemente llano. Sus tierras uniformes, salpicadas por algunos hitos y colinas así como algunos valles y lavajos, en las que tradicionalmente se alternaba el cultivo del cereal y de las legumbres con los rebaños de ovejas, son tan sólo alteradas por la presencia del río Adaja y sus pequeños afluentes, que atraviesan esta comarca y proporcionan zonas boscosas y húmedas, que se suman al salpiqueo de bosquetes islas y pinares. La masa forestal más densa se encuentra en la margen izquierda del río Adaja entre Villanueva de Gómez y Arévalo con una longitud cercana a los 30 kilómetros.
La economía de la comarca es, principalmente, agrícola.
Durante el siglo XX, el tradicional paisaje cerealista se fue transformando en una alternancia de cultivos de secano y regadío, gracias a las perforaciones que permitieron la extracción del agua de los acuíferos subterráneos. La aparición de cultivos de regadío ajenos a la región (remolacha azucarera, principalmente) transformó la economía de la comarca, y su proliferación agravó el problema de la pertinaz sequía, que se ve bien reflejada en el escaso o inexistente caudal de sus ríos.
La comarca está plagada de pequeños municipios compactos, separados habitualmente una media de 5 km. Dichos municipios poseen excelentes piezas de arquitectura románico-mudéjar. Tres buenos representantes de este estilo morañés son los templos de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas Torres, la ermita de La Lugareja en Arévalo, y las iglesias parroquiales de Donvidas, Narros del Castillo, Horcajo de las Torres y Palacios Rubios.
Por su importancia ornitológica está en pleno corazón de la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de "Tierra de Campiñas", una de las más grandes de Europa, por su riqueza en aves esteparias como la avutarda.
Historia de la Comarca
Después de la despoblación producida desde la invasión árabe, la vuelta a su repoblación viene de la mano de grupos mozárabes y muladíes que desde la segunda mitad del siglo X y todo el siglo XI van estableciéndose en esta comarca, parte de las extremaduras castellanas, y zona de clara inestabilidad política hasta la reconquista de Toledo en 1085. El término La Moraña, hace referencia a la condición de mauri o moro en la cultura árabe. Estos pobladores si bien mantienen en su mayoría la religión cristiana, presentan elementos aglutinantes por cuanto usan indistintamente la lengua latina-romance y la árabe, igualmente y en este sentido conservaron su cultura romano-visigótica, pero con importantes elementos árabes. Es a partir de la citada reconquista de Toledo en 1085 y la consolidación de las extremaduras castellanas, cuando a través de los consejos de villa y tierra se va repoblando la comarca con emigrantes de otras partes del norte de la península.
Origen etimológico de La Moraña
Respecto al nombre de la región está bastante extendida la creencia, que vendría de tierra de moros, La Morania, que evolucionó a Moraña. Esta no es la versión que se tiene en la zona sobre el origen de dicho término, sino que la creencia popular es que vendría de Maraña, maraña de pueblos por la cantidad de pueblos que se agrupan en dichas tierras. No obstante, la proporción de moros en la zona debió de ser la misma que en el resto de las tierras de extremadura (extremos del duero), no siendo por ello característico dicha población para designar el territorio. En la zona de Ávila, tenemos una gran proporción de nombres que han conservado su origen prerromano. Es característico la abundancia del término Muñoz, que vendría de Munio (mendi en vasco), y que significa cerro. Por otra parte también encontramos el término Aran, valle en lenguas prerromanas, y presente también en el vasco, distribuido a lo largo de las dos vertientes del Sistema Central (Aranda, Jaranda, Jarandilla, Arandilla, Peñaranda, Aranjuez, etc.) En este caso, la palabra Moraña, podría fácilmente estar relacionada con ambos términos. De tal manera que evolucionaría a partir de Munio Arania -Munoaraña -Moaraña - Moraña. En este caso, la traducción podría ser algo parecido a "el valle de los cerros", debido a que la primitiva Muni Arania fueran terrenos más cercanos a Gredos y que se extendiese el nombre al resto de los llanos, o que las poblaciones originales se situaran en los pequeños cerritos que se encuentran a lo largo de la región.
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