-I-
Tienes tu parte en la felicidad
aún en medio de un mundo en bancarrota.
Te enfureces, te aflijes y apartas el diario
mas con esto no alivias el total desamparo
de millones de seres a los que se ha vedado
el derecho a existir. La única tierra
que han de tener es una sucia fosa.
Tú tomaste partido por la vida
que se les niega a los desheredados.
Comprendo que te hiera ese dolor
pero no llores: canta. Tu mejor testimonio
es una voz al aire y no el gran ruido
que no permite hablar y que al final impide
pensar también en lo que está ocurriendo.
Hasta la más sencilla canción enamorada
se ha vuelto rebeldía que el más cuitado entiende
y puede hacerla suya tal si fuera un tesoro
de moción y esperanza
que puede repetirse como un himno
y que salta los muros de las cárceles
que está en la selva y entre los cascotes
de un pueblo bombardeado. La voz y la palabra
pueden con el gran ruido que quiere anonadarte.
-II-
En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria y cuando la crueldad
se extiende por doquier fría y robotizada
aún queda mucha buena gente en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
ellos saben muy bien que la patria de todos
es el canto, la voz y la palabra; única patria
que no pueden robarnos ni aún poniéndonos
de espaldas contra un muro y deshaciéndonos en mil pedazos.
Por eso digo una vez más: que nadie piense o grite:
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: tirad hijos de perra
somos millones y el planeta no es vuestro.
(José Agustín Goytisolo)
Tienes tu parte en la felicidad
aún en medio de un mundo en bancarrota.
Te enfureces, te aflijes y apartas el diario
mas con esto no alivias el total desamparo
de millones de seres a los que se ha vedado
el derecho a existir. La única tierra
que han de tener es una sucia fosa.
Tú tomaste partido por la vida
que se les niega a los desheredados.
Comprendo que te hiera ese dolor
pero no llores: canta. Tu mejor testimonio
es una voz al aire y no el gran ruido
que no permite hablar y que al final impide
pensar también en lo que está ocurriendo.
Hasta la más sencilla canción enamorada
se ha vuelto rebeldía que el más cuitado entiende
y puede hacerla suya tal si fuera un tesoro
de moción y esperanza
que puede repetirse como un himno
y que salta los muros de las cárceles
que está en la selva y entre los cascotes
de un pueblo bombardeado. La voz y la palabra
pueden con el gran ruido que quiere anonadarte.
-II-
En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria y cuando la crueldad
se extiende por doquier fría y robotizada
aún queda mucha buena gente en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
ellos saben muy bien que la patria de todos
es el canto, la voz y la palabra; única patria
que no pueden robarnos ni aún poniéndonos
de espaldas contra un muro y deshaciéndonos en mil pedazos.
Por eso digo una vez más: que nadie piense o grite:
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: tirad hijos de perra
somos millones y el planeta no es vuestro.
(José Agustín Goytisolo)
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