martes, 30 de junio de 2015

Emiliano Calle: '¿Cómo habéis llegado a callaros ante tantas familias desahuciadas?' :: España :: Religión Digital

 A mi entender, éstas son palabras de profeta, puramente evangélicas:
--------------------------------------------------------------------------------------

Carta abierta de un cura madrileño a los obispos españoles 

(Emiliano Calle Moreno, sacerdote)

Emiliano Calle: '¿Cómo habéis llegado a callaros ante tantas familias desahuciadas?' :: España :: Religión Digital

"Necesitamos obispos creyentes y casi suicidas, dispuestos a soportar los golpes de los señores del dinero"


Emiliano Calle Moreno, 26 de junio de 2015 a las 17:42
 "Si optaís por los pobres, os van a triturar desde vuestra Cope y desde vuestra 13-Televisión y desde todas la emisoras y periódicos amigos
Obispos en Ávila/>

Obispos en Ávila

Los obispos españoles, en Ávila/>

Los obispos españoles, en Ávila

  • Obispos en Ávila
  • Los obispos españoles, en Ávila
Queridos hermanos Obispos: He leído y releído la Instrucción Pastoral "IGLESIA, SERVIDORA DE LOS POBRES" y me ha gustado, pero no mucho. Creo que en ese documento se mezclan muchas cosas: la crisis económica, el empobrecimiento espiritual y otras viejas cantinelas episcopales que reflejan una visión bastante negativa del mundo moderno. Me parece que a ratos el documento acierta con el contenido y con el tono, pero a ratos el contenido deriva hacia viejas discusiones y hace juegos retóricos con citas viejas.
A los curas con los que me relaciono les ha gustado mucho y estaban alegres, pero a mí no me ha gustado tanto. Y me imagino que a las víctimas y a los maltratados por la crisis económica tampoco les habéis dicho mucho que les refuerce la esperanza.
Repasad para qué les valen las "Propuestas esperanzadoras desde la fe". ¿Dónde encuentra ahí un parado o una víctima de la crisis económica una propuesta esperanzadora? No puedo decir que habéis malogrado un intento bienintencionado pero sí que creo que lo podríais haber mejorado mucho. Perdonadme por hablar tan claro.
Os hablo como a hermanos con los que estoy muy implicado en muchas cosas. No me toméis como un extraño que se mete en vuestra vida. Yo sólo pretendo ayudar.
He visto en el documento el afán de tratarlo todo, el deseo de acertar, las ganas de citar con profusión palabras de los papas, a veces, no muy bien elegidas.
Yo quiero deciros, hermanos Obispos, que soy un cura de 70 años que trabajo en la Parroquia de Santa Bibiana del Cruce de Villaverde en Madrid. He estado muy atento a "los signos de los tiempos" que nos están diciendo en su lenguaje muchas cosas que hay que saber interpretar.

A mí me parece que la mayoría de los políticos no entienden nada de eso, pero, perdonad, pienso que la mayoría de los obispos, tampoco. Por eso a la hora de valorar las cosas que ocurren, se os ve como perdidos, dando palos de ciego, a veces, derramando sospechas o condenas contra lo nuevo que no controláis. Recordad las palabras episcopales sobre los Indignados.
Tampoco sabéis bien por qué estáis perdiendo adhesiones a riadas. A veces decís que es que el mundo se ha ido haciendo cada vez más laicista, más ateo, más indiferente. Pero yo creo que no es eso sólo. Se nos va la gente y hemos hecho una iglesia tan poco valorada (como los políticos y los banqueros), porque seguimos con hábitos viejos.
Hemos empezado una época nueva, no sólo por los aires de novedad del Papa Francisco, sino también por sensaciones nuevas que recorren las sociedades modernas. La iglesia y la religión no pueden ser lo que han sido siempre. En el corazón de los seres humanos hay una aspiración que sintoniza con las preocupaciones de Jesús: hacer que todos los seres humanos, todos, puedan ser un poco más felices en este mundo. Todavía hay curas y obispos que no tienen claro todo esto.
Yo os pido perdón por si os parezco un listillo prepotente. Con toda humildad, por si os sirve, os quiero decir lo que honradamente he visto en esos movimientos subterráneos de la sociedad de hombres y mujeres de nuestro mundo.
Empiezo por deciros que "el enemigo a combatir" (lo estamos viendo cada vez más personas) es la omnipotencia del dinero, la tiranía de los Mercados, la desvergüenza de los fondos de inversión, las plataformas al servicio de los especuladores, las doctrinas 
que los sustentan, los agentes sociales que los predican, entre otros muchos, la Cope, 13-Tv, y gran parte de la Iglesia.

Ese es el enemigo que tenemos que identificar y combatir. No os confundáis de 
enemigo. Pensadlo despacio y veréis que no estoy diciendo ningún disparate. Vosotros
 mismos lo decís en la Instrucción Pastoral. Los señores del dinero son nuestros 
verdaderos enemigos a los que los gobiernos más de derechas les han ido dando el poder
de dictar, en favor suyo, todas las políticas económicas, las leyes ciudadanas, el nuevo
artículo de la Constitución diciendo que es más importante pagar las deudas que ayudar a sobrevivir a los ciudadanos en apuros.
Los señores del dinero han metido en la cabeza de montones de ciudadanos, (incluidas las de muchos obispos) que se puede desahuciar a un pobre que no paga; que el Banco de Europa puede prestar dinero a los bancos para que hagan negocio pero no puede prestar dinero a los gobiernos para que saquen de apuros a sus gentes. Esas leyes sacrosantas e intocables que se han dado esos señores en favor suyo, ensucian todo el entramado de la política y de las instituciones. Hay que limpiar ese mundo. Vosotros lo decís con otras palabras.
Queridos Obispos: si queréis sintonizar con los seres humanos que sufren la plaga de la crisis, poneos de su parte y en contra de las pretensiones de los Mercados. Los ciudadanos de a pie necesitamos levantar la cabeza para ver a quién tenemos a nuestro lado. Si todavía no habéis descubierto quién es el enemigo de la vida digna de los pobres, estáis trabajando por una iglesia que se aleja de los preferidos de Dios y se marcharán abandonándoos en vuestra burbuja.
La sociedad de hombres y mujeres indignados con sus políticos, vuelve con frecuencia su mirada a la iglesia para ver si les ofrece alguna "propuesta esperanzadora desde la fe". Y si lo que le ofrece no le sirve, votará a quien los defienda de la garra todopoderosa de los señores del dinero.
¿A quién apoya la Iglesia española y la Europea? ¿A quién apoya el Banco Mundial,
el Fondo Monetario Internacional, la Troika, el Parlamento Europeo y todas las instituciones de la Unión Europea bajo la égida de la Derecha Europea? ¿A quién apoyan? Han convertido a la Unión Europea en una porquería que a millones de pobres les produce nauseas.
Menos mal que el Papa Francisco dijo una frase sencilla y sublime que tenía que llenar las sacristías como llena "las marchas por la dignidad": "el dinero debe servir. No mandar". Predicad eso, por favor. Predicadlo. No lo dijo el Papa por sus residuos peronistas. Es lo que tiene que decir cualquier persona que tenga los ojos bien abiertos a los pobres: que el dinero es para servir a las personas y no para mandar.
Queridos Obispos: si queréis servir a los pobres, como decís en la Instrucción, tendréis que luchar desde vuestras cátedras, cuerpo a cuerpo, por pararles los pies a los "enemigos de la vida digna para los pobres."Ahora pienso ¿cómo habéis llegado a callaros ante tantas familias desahuciadas? ¿Cómo no habéis gritado que están antes las personas con sus necesidades que la avaricia de los prestamistas? ¿Cómo no os habéis desgañitado desde la Cope o desde 13-Televisión contra la reforma de la Constitución que pone por delante de las personas el pagar las deudas?
¿En qué evangelio cabe eso? ¿Cómo no habéis defendido a los enfermos de hepatitis C frente a la rapiña de una empresa comercializadora que juega con la vida de las personas para forrarse? Defender a los pobres no es meterse en política. Es evangelio puro. ¿No queréis colaborar en pararles los pies a esas gentes del poder económico? Pues decidme entonces para qué quieren los pobres nuestra iglesia.

Yo comprendo que para vosotros esa lucha es muy difícil. Es un cambio muy grande en vuestra trayectoria vital y en vuestros planes. Supondrá un riesgo muy grande, incluso, de muerte. Pensadlo bien antes de meteros. Os van a triturar desde vuestra Cope y 
desde vuestra 13-Televisión y desde todas la emisoras y periódicos amigos hasta ese 
momento. Los señores del dinero se han ido haciendo cada vez más poderosos y ahora 
controlan los gobiernos, las instituciones, los viejos partidos políticos, las televisiones, 
los periódicos, las tertulias y, por activa o por pasiva, casi todas las parcelas de la Iglesia. Una parte de la Iglesia os excomulgará de su teología y de su lado.
Hermanos Obispos: no estaría mal que fuerais catequizando a los españolespredicándoles que no es más importante pagar deudas que procurar la vida digna de los pobres; diciéndoles a los políticos que hay que a parar radicalmente los desahucios, sólo por razones de pura humanidad; que la deuda hay que pagarla, si se puede; que los pobres son sagrados: que no vais a permitir de buena gana que a un pobre le falten alimentos, medicinas, luz, agua, calefacción, etc.
Entonces os apoyarán los pobres y todos los ciudadanos de a pie. Pensad a ver con quién queréis estar y con quién estaría Jesús. Los señores obedientes al dinero y hasta ahora amigos vuestros, armarán una escandalera contra vosotros. Os acusarán de haberos convertido a la teología de la liberación, de haberos vuelto comunistas, bolivarianos, antisistema y otras lindezas parecidas, pero entonces los sufridos ciudadanos estaremos contentos porque hemos encontrado por fin a unos obispos que valen la pena. Dignificareis la Iglesia de los pobres, esos a los que Jesús puso en el primer lugar de sus preferencias y a los que vosotros decís que queréis servir.
Yo, para abrazaros feliz, sólo necesito veros alineados con los pobres que sueñan con destronar al dios dinero. Desde hace bastante tiempo tengo unos presentimientos que os cuento. Pienso que los próximos 40 ó 50 años los dedicará el mundo a recuperar la centralidad del ser humano y a espantar a los mercados asesinos. Espantarlos. Echarlos
lejos. En los próximos tiempos, la Religión de Jesús será gastar nuestro tiempo, nuestras 
luchas y nuestras energías para hacer un mundo nuevo donde puedan ser algo más 
felices los pobres, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia.....
No habrá otra tarea más noble ni más bonita. Y poco a poco, a esa tarea tan noble y tan bonita (vosotros la llamáis Caridad cristiana pero el evangelio la llama Reino de Dios) a esa tarea tan noble y tan bonita se irán sumando más personas, más gobiernos, más instituciones y más grupos de Iglesia que han abierto los ojos a la realidad más real.Estamos en los albores de una nueva revolución, parecida a la que se produjo en el mundo con el descubrimiento de los derechos humanos.
Desde el sermón de Montesinos en La Española hasta la Revolución Francesa hubo un caminar del mundo hacia el reconocimiento de los derechos humanos. Para vergüenza nuestra, muchos eclesiásticos de altura se opusieron, pero el mundo continuó caminando. Ahora estamos empezando otro nuevo caminar: vamos a poner a los seres humanos por encima de los mercados y del dinero. Nuestro mundo está empezando esa andadura.
La política de antes, esa que la llevaban de la mano los dueños del dinero, esa no nos vale ya. El mundo, en los próximos cincuenta años, caminará hacia poner en el centro de todas las preocupaciones al ser humano. Y ¿por qué lo sé? Porque el horizonte del mundo lo puso Dios en el Reino. Hacia él caminamos, se oponga quien se oponga. Es Dios quien nos ha marcado el camino. Para ese caminar necesitamos obispos lúcidos, creyentes y casi suicidas, dispuestos a soportar los golpes de los señores del dinero y de sus aliados.
Hermanos obispos: perdonad si en algo os he ofendido. Juro que no era esa mi intención. Sólo os digo las cosas que siento, con todo el cariño del mundo y con toda la claridad con que sé explicarme. Si os sirven, bien. Si no os sirven, las tiráis s a la papelera. Sólo os digo que están escritas con muy buena voluntad. Nada más. Un saludo hermano y solidario.




sábado, 29 de noviembre de 2014

El Himno Cotidiano de Gabriela Mistral



HIMNO COTIDIANO    (Gabriela Mistral “Ternura”)

En este nuevo día
que me concedes, ¡oh Señor!,
dame mi parte de alegría
y haz que consiga ser mejor.

 Dame Tú el don de la salud,
la fe, el ardor, la intrepidez,
séquito de la juventud;
y la cosecha de verdad,
la reflexión, la sensatez,
séquito de la ancianidad.

 Dichoso yo si, al fin del día,
un odio menos llevo en mí;
si una luz más mis pasos guía
y si un error más yo extinguí.
 Y si por la rudeza mía
nadie sus lágrimas vertió,
y si alguien tuvo la alegría
que mi ternura le ofreció.

Que cada tumbo en el sendero
me vaya haciendo conocer
cada pedrusco traicionero
que mi ojo ruin no supo ver.
 Y más potente me incorpore,
sin protestar, sin blasfemar.
Y mi ilusión la senda dore,
y mi ilusión me la haga amar.

 Que dé la suma de bondad,
de actividades y de amor
que a cada ser se manda dar:
suma de esencias a la flor
y de albas nubes a la mar.

 Y que, por fin, mi siglo engreído
en su grandeza material,
no me deslumbre hasta el olvido
de que soy barro y soy mortal.

 Ame a los seres este día;
a todo trance halle a luz.
Ame mi gozo y mi agonía:
¡ame la prueba de mi cruz!



domingo, 6 de julio de 2014

Las pensiones públicas: actualidad y perspectivas de futuro

El soterrado apoyo que desde las políticas neoliberales se viene proporcionando a los planes de pensiones privados (objetivo muy claro de los bancos por la inmensa cantidad de dinero que supone el ahorro sostenido y comprometido desde la juventud hasta la vejez), se plasma en las medidas gubernativas que, como un goteo intermitente pero continuo, confluyen en una progresiva disminución de las aportaciones al Sistema Público de Pensiones, a base de rebajar las cotizaciones en su cuantía, lo que se suma a la disminución del número de cotizantes.
Además, se toma por dogma y condición irrenunciable que dicho sistema de pensiones públicas ha de ser autosuficiente, lo cual elimina la opción de financiarlas con cargo a impuestos directos y progresivos, opción que podría suponer la solución al problema del posible déficit en su futura financiación.
Todo ello hace temer que, aunque las pensiones públicas no sean suprimidas, en la práctica terminen siendo tan exiguas con respecto al nivel medio de ingresos, que desemboquen en una situación generalizada de pobreza entre los pensionistas.
Los ciudadanos debemos exigir que en la Constitución se consagre, de forma explícita, el derecho de cualquier trabajador cotizante a la Seguridad Social, a percibir su pensión pública, llegado su momento, en una cuantía suficiente para garantizar unas condiciones de vida dignas en su etapa de pensionista, así como la imposibilidad de que cualquier gobierno presente o futuro pueda rebajar su poder adquisitivo. Por ello y para ello se recogen firmas pidiendo un REFERENDUM PARA BLINDAR CONSTITUCIONALMENTE LAS PENSIONES PÚBLICAS.
Ello responde a un modelo solidario de sociedad, en el que los trabajadores en activo sostienen, en conjunto, a los que, por edad o discapacidad, no están en situación de trabajar. Los planes privados de pensiones suponen un modelo individualista, en que cada uno ahorra (si sus ingresos se lo permiten) para su propia jubilación, quedando desprotegido aquel que no ha podido durante su vida laboral realizar unas aportaciones lo suficientemente cuantiosas.

Foto

jueves, 22 de mayo de 2014

Atahualpa Yupanqui: TIEMPO DEL HOMBRE

TIEMPO DEL HOMBRE
Atahualpa Yupanqui


La partícula cósmica que navega en mi sangre
Es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mí tras un largo camino de milenios
Cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.

Luego fui la madera. raíz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Después fui caracol quién sabe dónde.
Y los mares me dieron su primera palabra.

Después, la forma humana desplegó sobre el mundo
La universal bandera del músculo y la lágrima.
Y creció la blasfemia sobre la vieja tierra.
Y el azafrán, y el tilo, la copla y la plegaria.

Entonces vine a América para nacer en hombre.
Y en mí junté la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna,
Otro me dijo historias en su flauta de caña.

Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.

Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui la madera.

martes, 29 de mayo de 2012

HUMILDAD
 
La humildad es la primera de las virtudes capitales, en contraposición a primero de los pecados, la soberbia. Es cierto que de la humildad nace la gratitud, como también la sabiduría de reconocer la verdad allí donde se encuentre, en cualquier aspecto de la vida. La humildad supone la liberación de esa tiranía que nos imponemos al querer mantener a toda costa ese fantoche que nos construimos para presentar ante el mundo, tras el que nos escondemos y sobre el que pretendemos pasar por superiores a los otros... El resultado de esta liberación es la paz interior y la armonía con los demás.
(Gracias a 'Amor Incondicional en Acción' por  su reflexión)

miércoles, 8 de febrero de 2012

TODOS ELLOS

Todos ellos, los hombres, las mujeres...
Todos los que me has dado, todos ellos.
Cada uno, un tesoro desmedido,
condensación vital del universo:
un abismo de luz,
un beso del misterio.

Ellos me van creando cada día
y eres Tú quien me crea a través de ellos,
quien moldea mi vida y la conforma
según sus dones y requerimientos.

Ellos hacen humana mi existencia,
ellos son tu instrumento,
los signos que te ocultan y te muestran
preñados de tu aliento.
No te vería yo si no leyera
en sus ojos tu letra de maestro.

Me los has dado, a todos, como gracia,
como imagen del cielo.
Ninguno está de más, todos son míos,
todos son el primero,
el único, el amado imprescindible
que te contiene como un sacramento.

De todos tus regalos, tan hermosos,
éste es el más hermoso que me has hecho.
                                      -Junto al don inefable de Tí mismo
                                       que te me das humano, como ellos -



.   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Hasta cuándo, Señor

Habacuc    1,   2-3   /   2,  2-4

“¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: “Violencia”, sin que me salves? ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?”
El Señor me respondió así: “Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe”. 
                                                                .   .   .   .   .   .   .   .


“¿Hasta cuándo, Señor?” :  
 El grito  que traspasa los siglos, las edades.

Tú dices: Llegará.
Tú dices: La visión espera su momento. 
Tú nos dices: Se acerca.
.........

Llegará…, Lo creemos…

Pero entretanto  ¡qué largo es el tiempo!

Tú nos dices: Paciencia.
Resistencia.
Vigor en la esperanza.

(Paciencia  es confianza.
Confianza es obediencia.
Tú nos has dicho: espera.  
Tú sabes más, Señor)

Vivir tu voluntad y hacerla nuestra,
en el hacer y el ser y en el no hacer.
Construir la ciudad que Tú deseas
sin demora, sin pausa,  sin pereza…
Y esperar mientras tanto sin apremios. 
Ésa es tu gran respuesta.

Únicamente así nos será dado  
acortar esta  desolada espera,
precipitar en hecho el pleno desenlace
que desde siempre añoran las vueltas de la Tierra,
las rocas, y las aguas,
las hierbas, y los bosques,
los animales todos,
las horas, las distancias,
los átomos, …  los hombres.
(Los hombres  que te gritan:  “¿Hasta cuándo, Señor?”).

Pero Tú nos has dicho: Llegará. 
Y yo, Señor, Te creo. 





     .    .    .    .    .    .

lunes, 14 de noviembre de 2011

Para cambiar el mundo con urgencia y sin prisas

Para que el mundo cambie y algún día se muestre
más humano y más bueno,
hay que moverse ahora, ahora mismo, ahora mismo
sin perder un momento.

Hay que ponerse en marcha
con la urgencia del Hombre,
urgencia de la vida de mil hermanos nuestros.
Mil hermanos que sólo se alimentan
de dolor y de miedo, 
de angustia y desamparo,
y de desesperanza, y desconcierto...

¿Digo mil? ¡mil millones!
Mil millones de seres ignorantes, hambrientos,
que damos por sentado
que no tienen remedio.

Morir de hambre es descanso. Casi es peor vivir 
sólo sobreviviendo,
sólo sobrellevando a la deriva
una carga humillada de injusticia y desprecio.

Hay que moverse ¡ahora! Ahora es el momento
de comenzar la empresa
que puede ennoblecernos.
Hay que ponerse en marcha por un mundo más justo,
con la urgencia del sueño anhelado y despierto.
En medio del desorden hay que abrir sin demora
una brecha, un sendero
responsable y difícil,
trabajoso e incierto...

Por un mundo más justo
motivador del más puro deseo,
hay que emprender, cuanto antes, un camino 
que ha de ser largo y lento,
duro a veces, y a veces escarpado, 
dulce y áspero a un tiempo.

No iremos engañados, es camino difícil,
eso ya lo sabemos.
Pero es que urge empezar, urge ponerse
ya mismo, a recorrerlo.

Mas con todo, ha de ser nuestro coraje
capaz de mantener el ánimo sereno,
sin prisas y sin rabia, resistiendo, insistiendo
en un amor paciente
de renovado esfuerzo,
permanente constancia laboriosa
por un mundo más justo y verdadero.

Determinado está lo que buscamos
porque sabemos bien lo que queremos.
Salgamos del letargo, cobremos confianza 
y lo conseguiremos.

La esperanza es firmeza por un mundo más justo.
Deseémoslo mucho. Caminemos.


lunes, 7 de noviembre de 2011

La voz y la palabra

-I-

Tienes tu parte en la felicidad
aún en medio de un mundo en bancarrota.
Te enfureces, te aflijes y apartas el diario
mas con esto no alivias el total desamparo
de millones de seres a los que se ha vedado
el derecho a existir. La única tierra
que han de tener es una sucia fosa.

Tú tomaste partido por la vida
que se les niega a los desheredados.
Comprendo que te hiera ese dolor
pero no llores: canta.  Tu mejor testimonio
es una voz al aire y no el gran ruido
que no permite hablar y que al final impide
pensar también en lo que está ocurriendo.

Hasta la más sencilla canción enamorada
se ha vuelto rebeldía que el más cuitado entiende
y puede hacerla suya tal si fuera un tesoro
de moción y esperanza
que puede repetirse como un himno
y que salta los muros de las cárceles
que está en la selva y entre los cascotes
de un pueblo bombardeado. La voz y la palabra
pueden con el gran ruido que quiere anonadarte.

-II-

En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria y cuando la crueldad
se extiende por doquier fría y robotizada
aún queda mucha buena gente en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
ellos saben muy bien que la patria de todos
es el canto, la voz y la palabra; única patria
que no pueden robarnos ni aún poniéndonos
de espaldas contra un muro y deshaciéndonos en mil pedazos.

Por eso digo una vez más: que nadie piense o grite:
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: tirad hijos de perra
somos millones y el planeta no es vuestro.

                                                              (José Agustín Goytisolo)

No inútilmente

Contemplo yo a mi vez la diferencia
entre el hombre y su sueño de más vida,
la solidez gremial de la justicia,
la candidez azul de las palabras.

No hemos llegado lejos, pues con razón me dices
que no son suficientes las palabras
para hacernos más libres.
                                       Te respondo
que todavía no sabemos
hasta cuándo o hasta dónde
puede llegar una palabra,
quién la recogerá ni de qué boca
con suficiente fe
para darle su forma verdadera.

Haber llevado el fuego un solo instante
razón nos da de la esperanza.
Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo.

                                                (José Ángel Valente, 'La memoria y los signos')