miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL HOMBRE - 1980 - (I)



Cuando hablo del hombre
no hablo del miserable hombre,
ni del autosuficiente hombre,
ni del hombre muerto
de la rutina y el tedio.

Cuando hablo del hombre
hablo de cada uno,
hombre, mujer real,
tú, tú, y aquél, y ése ...
Y también del moribundo y del embrión
que están cruzando los umbrales.

Cuando hablo del hombre
hablo de mi más hondo templo.

Cuando hablo del hombre
hablo de un ser a medio hacerse,
de una capacidad casi infinita
por llenar hasta el colmo.

Cuando hablo del hombre
hablo de la  esperanza.      ... (¿?) ...
(Sí, la  esperanza  he dicho, no es errata)

Y digo:

Santo es el hombre,
porque santo es su destino.      



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