martes, 1 de septiembre de 2015

El monte y yo (Junio 1969)

                                   El monte y yo estamos solos,
mirándonos en silencio,
conversando sin palabras
como dos amigos viejos,
como dos mentes hermanas
que comparten pensamientos.

El monte y yo nos miramos
callando lo que sabemos:
que somos ondas distintas
que parten de un mismo centro,
que se expanden desde siempre
cada vez más y más lejos,
y que cantan a la vez
la canción del Universo...

En el monte, el campo asciende
desde la tierra hasta el cielo,
alzándose frente a mí
para servirme de espejo:
La tierra, llena de vida.
Mi alma, de conocimiento.

Esa es la imagen más mía,
donde mejor me reflejo.
La que no me da apariencia,
sino mi ser verdadero:
la que me muestra el milagro,
apenas en un destello,
de la huella del Espíritu 
en la hondura de mi pecho,
cuando mi mente despierta
y me atraviesa el Misterio.

...En el espejo del monte
me reconozco y me encuentro.



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